esos días en los que te sientes como si el peso de todo el mundo
estuviera sobre tus hombros? Te ahogas, te cuesta respirar, andar,
comer, reír... sobre todo reír. Y créeme, eso es algo realmente duro
para alguien que siempre tiene una sonrisa escondida entre los labios.
Hablo de esos días en los que te sientes tan pequeña que desearías
esconderte dentro de un barquito de papel, que alguien tirara al mar y
te llevara lejos, a cualquier parte, lejos, da igual el sitio, pero
lejos de tu vida... Hablo de esos días en los que todo a tu alrededor se
ve de color gris, no hay color, no hay luz, e incluso parece que el
cielo lo sabe y empieza a llover... Y a ti te gustaría deshacerte con
cada una de esas gotas de lluvia y desaparecer. Hablo de esos días en
los que te miras por dentro y no ves nada, nada que no sea vacío,
soledad o dolor, solo ganas de llorar... o quizás no, quizás ni siquiera
de eso... simplemente de meterte en la cama, perderte entre las
sábanas, taparte hasta la cabeza, e imaginar que son un escudo contra lo
que quiera que sea eso que tanto duele en tu vida... Hablo de esos días
en los que la gente a tu alrededor incluso sin saberlo lo empeora todo,
aunque muchas veces sea incluso sin querer. Nada te ilusiona, nada te
alegra, nada te mueve, nada... Y entonces te preguntas, ¿dónde coño se
ha escondido la maldita felicidad? Esa que sentías no hace tanto... Y
entonces recuerdas... a tu cabeza vienen imágenes de risas, fiestas,
bromas, buenos momentos, abrazos, miradas cómplices, contar las horas
para ver a esa persona, tardes enteras con ellos, tus amigos, haciendo
nada, pero feliz... Y te das cuenta de cuantas cosas has perdido... Te
acuerdas de gente que ya no está, de gente que has echado de tu lado,
queriendo o sin querer, de gente que se ha ido porque ha querido... Y
vuelves a darte cuenta de cuántas cosas han cambiado... Hasta tal punto
que por fin entiendes por qué el mundo te pesa tanto... es el peso que
deja el vacío de las cosas que una vez quisiste tanto y que ya no están.
Y te sientes culpable, ¿qué has hecho mal? ¿Cómo es posible que acabes
perdiendo todo lo que te importa? Alguien te dice que eso es una
tontería, que tú no tienes la culpa de nada, que las cosas, la gente, la
felicidad, van y vienen a su antojo, pasan por tu vida y se quedan el
tiempo justo, ni un minuto más. Pues menudo consuelo... Y entonces los
recuerdas a ellos, la gente que todavía está a tu lado. Y deseas más que
nunca que no se vayan jamás, harías cualquier cosa por atarte a ellos
de por vida con algún tipo de cadena invisible. Y si estás leyendo esto,
te preguntarás a qué viene tanto pesimismo... y te digo que no lo sé,
de veras que no lo sé... Porque hoy solo soy capaz de sentir vacío,
carencia, necesidad... ¿de qué? De un abrazo que te trasmita todo el
cariño que alguien siente por ti, un abrazo de esos que envuelve, que no
soltarías jamás. De una sonrisa, una carcajada, una broma de esas que
solo vosotros entendéis. De sentirme cerca de la gente que quiero, que
me quiere, y no a 2000 km de ellos. De un beso, una mirada, una caricia
suya, de él, que te mueva el mundo en un giro de 180º. De un solo minuto
con esa persona que te hace seguir adelante.... Al fin y al cabo, de
esas cosas que ahora echo de menos... Porque hoy, es solo uno de esos
días en los que el mundo me pesa demasiado.
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