lunes, 3 de diciembre de 2012

Estoy formada por personas, personas que me han hecho ser así. Soy el resultado de todo lo que hago, pero también de lo que me han hecho. De todas las sonrisas que me han regalado, de los abrazos en el momento adecuado, de los tequieros que casi me creo, de crear lugares en mi interior que al final tengo que demoler, de latas de coca-cola que me han hecho reír durante horas sin ningún motivo, de tabletas de chocolate lo suficientemente grandes como para sanar un corazón, de noches llorando, de un " gente" que terminó por convertirse en un personas, luego en amigos y finalmente en familia, pero también de seres que no merecen ser llamados personas. Hoy vengo a darle las gracias a todos aquellos que un día hicieron volar cuchillos, cuchillos que terminaron por alcanzarme más veces de las que creí que soportaría. Soy el producto de todos aquellos cuchillos. Ellos me hicieron decidir que reiré hasta el último día de mi vida. Porque admito, aquí y ahora, donde cualquiera puede leerlo, que nada, ni nadie, me produce mayor satisfacción que borrar la sonrisa de cada uno de los rostros que un día, a puñaladas, pretendieron borrar la mía. Sonrío por ellos. Es lo que les jode.

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